1 de junio de 2012

Mi dignidad intacta

Se abrió la ventana perfecta,
vacía de la presión del tiempo
y llena de pensamientos maduros.
La prudencia está lista para servir.

Violetas posponen el adiós definitivo
y la nostalgia aparece en cada esquina.
He esquivado un tiro del destino
y aun así me golpeó en todo el pecho.

Vaciada al fin la propuesta de agonía,
me siento positivo hacia el futuro.
No he caído, ni me he erguido,
para ver esta luna creciente.

Y ya se va, la proeza se marcha,
me deja solo tirado en la cuneta,
atascando el tráfico en esta comarcal.
¿Me desenterrarás dentro de mil años?

Mi dignidad, intacta, enterrada conmigo,
aunque por dentro me coman los gusanos.
La culpa de la más oscura manipulación,
pende del hilo atado a un futuro mejor.